Desde Ndavant, hemos organizado casales de verano para profesionales de nuestro equipo que tienen familias monoparentales.

Un verano en la vida de un niño o un joven es todo un mundo. Es el momento en el que la rutina escolar, que queda temporalmente aparcada, da paso a dos meses de diversión y descanso, pero también de descubrimiento, aventuras y amistad.

Sin embargo, esta imagen idílica del verano no siempre se cumple. Y es que hay muchos niños y niñas que quedan al margen de las actividades de ocio estival porque sus familias carecen de recursos suficientes y no pueden acceder a un casal oa unas colonias. Además, a menudo las becas disponibles no cubren todo el tiempo que los padres necesitan para tener a sus hijos disfrutando a la vez que cuidados, dado que trabajan.

Es por esta razón que desde Ndavant, empresa especializada en limpieza, desinfección y mantenimiento, hemos puesto al alcance de algunas de nuestras profesionales casales de verano para sus hijos e hijas durante julio y agosto.

Los municipios en los que se llevamos a cabo son Martorell, Badalona y Barcelona.
 

UNA INICIATIVA PARA REDUCIR LA DESIGUALDAD

El programa está dirigido a familias monoparentales maternas, especialmente aquellas con menos recursos y más necesidades, y tiene un doble objetivo: por un lado, facilitar que estos niños puedan disfrutar de un ocio estival normalizado y, por la otra, que las madres puedan seguir haciendo su trabajo con la tranquilidad de saber que sus hijos están cuidados y disfrutan de unos casales que les aportan grandes beneficios.

“Detectamos la necesidad de algunas trabajadoras que no podían acceder a más jornada laboral, porque no podían conciliar durante el verano”, explica Rosa Llamas, directora de personas de Ndavant.

Por todo ello, la iniciativa de Ndavant quiere fomentar la conciliación familiar a la vez que incide en la reducción de las desigualdades. El pasado año, varias familias fueron seleccionadas para el proyecto, y este año la cifra es de ocho.

“Tenemos una gran responsabilidad a la hora de hacer la selección de las personas a las que podemos ayudar”, reconoce Rosa, que sin embargo destaca que se trata de un momento “gratificante”. “Promovemos un cambio de rutinas para que las familias lleven una vida normalizada”, subraya.

Y no se equivoca. Lo corrobora Gisela Rivera, profesional de limpieza de Ndavant y una de las ocho beneficiarias de la iniciativa este verano.

“Vi la luz cuando me lo propusieron”, reconoce, y explica que gracias al programa de casales de verano está pudiendo conciliar su vida familiar y profesional. Su hija Isabela tiene dos años y depende totalmente de ella, y al ser familia monoparental la situación se complica, ya que todo el esfuerzo de crianza recae sobre Gisela.

 

RESPUESTAS PERSONALIZADAS PARA CADA FAMILIA

Por esta razón, el programa de Ndavant busca dar respuestas personalizadas a cada caso. En este sentido, Rosa detalla que la empresa, que se encarga de buscar un casal adecuado, prioriza que éste se haga en cerca de casa de las personas beneficiarias, para que se adapte a la perfección a sus necesidades y les haga fácil el día a día.

Éste es el caso de Maribel Moreno, otra profesional de limpieza de Ndavant cuya hija, Izaskun, también está disfrutando de un casal este verano, que además cuenta con una semana de colonias. La joven tiene diversidad funcional y el casal al que asiste está adaptado a sus necesidades.

“Como mis posibilidades de movilidad no son muy buenas, el hecho de que la empresa se haya ocupado de encontrarnos una opción cercana a casa me lo ha puesto muy fácil. Mi hija va a un casal, adaptado, donde está aprendiendo muchas cosas nuevas”, celebra Maribel.

Su historia es similar a la de Gisela. Maribel y Izaskun son también familia monoparental, y la situación de su hija le ha dificultado enormemente la conciliación laboral a lo largo de su vida. Es por esta razón que Maribel expresa gratitud por haber sido seleccionada en el proyecto de Ndavant.

“Que la empresa se preocupe por la situación de sus trabajadores es muy bueno”, destaca Maribel.

De hecho, éste es uno de los puntos en el que pone énfasis Rosa.

“El proyecto tiene un impacto muy positivo en la plantilla, ya que persigue el bienestar, no sólo de las profesionales, sino también de sus familias”, argumenta, añadiendo que es importante que las y los profesionales perciban que existe un equipo humano detrás de su empresa.

Y Maribel y Gisela lo constatan: “Se han preocupado mucho; yo no podría haber pagado un casal como éste”, remarca la primera.

 

UN PEQUEÑO GESTO, UN GRAN IMPACTO

El otro beneficio lo reciben niños y jóvenes. En el caso de Isabela, las actividades del casal le permiten realizar salidas al aire libre, visitar granjas o plantar hortalizas.

“Es gratificante que las personas profesionales de nuestros equipos vean que lo más importante para ellas, sus hijos e hijas, están disfrutando”, reitera Rosa.

Un sentimiento de tranquilidad que las madres viven intensamente. De hecho, Gisela relata que cada noche Isabela le cuenta todo lo que ha hecho durante el día y las aventuras que ha vivido, y que después le pregunta cómo le ha ido el día.

Es un caso similar al de la Izaskun. Su madre confirma que la joven “está supercontenta” con las actividades que está haciendo en el casal, y dice que espera con deseo poder disfrutar del baile y de la discoteca de las colonias.

En este sentido, Ndavant pone el acento en la necesidad de que los niños y jóvenes puedan divertirse con un tiempo educativo de calidad y normalizado, a través del cual desarrollen valores y capacidades como la inteligencia emocional y la convivencia entre iguales.

Esta iniciativa se enmarca en el compromiso social de Ndavant, que no sólo vela por la inclusión sociolaboral de personas que viven situaciones complicadas, sino que también promueve la igualdad de oportunidades, así como la estabilidad personal y profesional.

“Es un pequeño gesto que genera un gran impacto”, concluye Rosa.