El espíritu de superación y solidaridad encajan con los valores de Ndavant, que pone en valor la diversidad en sus equipos de trabajo.
Viktoriia era profesora universitaria en Ucrania, pero el 25 de marzo de 2022 aterrizó en Barcelona huyendo de la invasión rusa con tan solo una mochila y mucha incertidumbre sobre el futuro.
Pudo llegar a Cataluña después de un recorrido que la llevó a través de Moldavia y Rumania, desde donde la asociación Corazón y Manos y Ndavant, empresa especializada en servicios de limpieza, mantenimiento y desinfección, le consiguieron un billete de avión a la capital catalana. Aquí ha vuelto a hacer una vida relativamente normal, como empleada de Ndavant, donde también trabaja su tía Lyubob.
Y es en este punto de la historia donde entra Lyudmila Prysakar, profesional de la limpieza desde hace cerca de cinco años y también de origen ucraniano. “Piensa que Viktoriia llegó a un país y en un lugar de trabajo que es completamente desconocido para ella”, recuerda Montse Parés, delegada social de Ndavant. Por esta razón, desde nuestra empresa consideramos apropiado pedirle ayuda a Lyudmila para darle la bienvenida, hacerle de “mentora” y traductora de Viktoriia.
Juan Albarracín, jefe del servicio de Ndavant en el Hospital de Bellvitge, donde trabaja Viktoriia, explica que Lyudmila “estaba emocionada” cuando de lo propusieron y no se lo pensó dos veces. “Me alegré mucho. Que la trajesen aquí me llegó al corazón”, reconoce Lyudmila.
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