“Me hacían sentir pequeña, pero ahora me he hecho grande: siempre hay un rayo de esperanza”. Este no pretende ser un espacio para describir la violencia psicológica que María José sufrió por parte de su expareja, sino más bien un altavoz para extender el mensaje de que se puede superar la violencia.

Esta es la idea que transmite esta administrativa que trabaja en Ndavant, una empresa comprometida socialmente con las personas y que durante años se ha esforzado por identificar y actuar frente a casos de violencia machista que puedan sufrir sus trabajadoras.

María José lleva un año trabajando en Ndavant, donde llegó con el apoyo de la ONCE, organización a la que pertenece debido a la fibromialgia que padece. Confiesa que en su trabajo anterior no se sentía nada cómoda y que esa empresa no la ayudaba a superar las dificultades que la vida le había presentado. “El día que encontré Ndavant fue como si se me apareciera un ángel”, asegura.

“En Ndavant proporcionamos herramientas y mecanismos para apoyar y acompañar a nuestras trabajadoras que sufren situaciones de violencia”, explica Montse Parés, delegada social de la compañía en Cataluña.

Además, Ndavant lleva a cabo formaciones y acciones de sensibilización para sus equipos con el objetivo de invitar a la reflexión y aprender a identificar y actuar ante este tipo de violencia. “Nuestra voluntad es favorecer que ellas puedan vivir por sí mismas”, añade Parés, quien destaca la necesidad de garantizar que estas mujeres tengan estabilidad económica y laboral.

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